domingo, 1 de febrero de 2015

Pastillas toxicas

La inquietud de Adam se reflejaba en su rostro. Era un hombre tranquilo, sereno y calmado. Su lentes de pasta combinaban con su rostro. Su pelo un poco desarreglado, contrastaba duramente con su estilo de vestimenta: un flux bien hecho a su medida y unos zapatos bien lustrados. No sudaba y tampoco parpadeaba mucho. Con gracia, como un dandy elegante, caminaba lentamente a la par de un alto ejecutivo dentro de la sala, a donde debía hacer la solicitud.