domingo, 25 de mayo de 2014

Relatos Sangrientos 2: Montaña Roja

Me desperté sudando, asustado y empapado. Estaba atrapado en la pesadilla que me atormentaba. Me desperté después del tercer disparo que sonó en mi mente. Estaba llegando a la parada donde debía bajar, estaba rígido y gélido después de la pesadilla: Solo en la calle, al frente de aquella secretaria ensangrentada tirada en el suelo, y una moto pasando por encima, destruyendo y destrozando a un niño de cinco años sonriendo en su agonía. Quedé traumatizado y nadie me ayudó. Somos solo habitantes en un mundo incierto.


Llego a la parada y me bajo. En una parada muy bonita en contraste del lugar gris y naranja oscuro que rodea a aquella estructura. A mi frente se eleva una montaña enferma y pecadora, en donde su lienzo se ha dibujado la improvisación y la falta de elegancia. Al subir penosamente  la montaña me recibe con múltiples disparos al aire. Es como si fuese un barco militar y me recibieran en un puerto. Inmediatamente, me llega un mensaje de texto advirtiéndome que ciertas bandas no policiales se enfrentan. Entonces, estando en la parada, busqué un banco y me senté. 

Vi las aves recorrer de un lado a otro mientras el sol se ponía, el cielo se marchitaba y se escondía la aurora. Vi también una manada de policías en mi parroquia, pero ninguno en mi sector. Vi políticos, prensa, guardias nacionales, escoltas y demás, todos en montón en un pequeño sector a lo lejos, de los asesinatos que se producían en aquella montaña donde vivía. Vi a encapuchados encima de sus fuertes, de sus fortalezas, de sus edificios controlando parte del territorio, como si fueran los verdaderos jefes de aquellas zonas donde viven mis vecinos. Vi a la entrada de las escaleras chicos con  escopetas recortadas, tratándola como si fuera un juguete, como si fuera su única arma. ¿Cómo me defiendo de él? por ejemplo, si los policías están interesados en una pequeña plaza o un pequeño sector en donde esta un ciudadano de primera clase mal llamado político  ¿De qué clase de ciudadano soy yo?

Y me cansé, me levanté y subí las escaleras. Primero caminando y después corriendo, debido a que a los chicos me gritaban y no podía dejar de pensar el momento de que ellos accionaran sus armas. El miedo se apoderó de mí, ya era un animal que huía a su casa, en su sector, en el lugar donde vive. Mis miedos se confirmaron y un disparo de aquella arma se produce. Seguí corriendo, casi llorando. Llegué a un refugio que vencen las sombras, sombras que opaca al lugar a donde vivo. Llegué a la escuela y veo a conocidos donde termino de subir.

Seguí subiendo hasta llegar a una calle. Esa misma calle donde vi a aquella mujer. No había nada, solo rastros de sangre y en una acera, una capucha. Capucha, de aquellos demonios que quitan la vida a mansalva. El dueño de esa capucha (creo yo), estaba sangrando debido a que su pierna y su brazo estaban fracturados. Y una pequeña y leve sonrisa apareció en mi cara. Y no solo la mía, sino de todos aquellas personas que fueron familiares de las victimas de los masacres. Masacres, que me hizo entrar otra vez a la pesadilla antes de entrar a mi casa y poder digerir todo lo que ha pasado en mi vida.

La obra es ficción, la moraleja y lo que esta entrelineas no.

Maharba Fulov ( J. A. Barreno)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario